La Visión es una de las más potentes armas del emprendedor, la que hace que nunca fallen las energías, a pesar de todas las dificultades que se encuentra por el camino. La visión o el ver más allá, ayuda a no abandonar, que es una de las claves para emprender.
En este artículo se describe la actividad de un emprendedor, Mitchell Henry (doctor, industrial magnate, político y sobre todo pionero – Visionario), que construyó para su residencia un castillo en unos terrenos irlandeses que originariamente eran coto de caza, y con unas ideas de ingeniería novedosas para su época.

El castillo de Kylemore es un edificio que se encuentra situado en Connemara (Galway – Irlanda), frente al lago Pollacappul. Fue diseñado por los arquitectos irlandeses Samuel Usher Roberts y Franklin Fuller. El propietario, fue el inglés político y empresario Mitchell Henry, el cual tenía el eslogan de «Nada es imposible». La construcción del edificio se realizó entre los años 1864 y 1868.

Los materiales principales con los que se construyó el edificio fueron piedra caliza, granito y ladrillos. Los materiales fueron locales y muchos de ellos fueron transportados a Galway en tren y por el río hasta Letterfrack, y desde allí llegaron en carreta hasta Kylemore.

El suministro de agua caliente y fría del castillo, fue realizado a través de tuberías, de una seis pulgadas de diámetro, de hierro fundido, procedente del Lago Touther, situado a más de 400 metros sobre el nivel del castillo. La bajada, larga y empinada, de la cañería del agua a presión, proporcionó siempre presión a todos los niveles del castillo, y todo el edificio se calentó en todas sus partes, con espirales de agua caliente y las tuberías.
El suministro de agua fue también utilizado para producir electricidad. Primeramente, el castillo fue iluminado mediante gas, velas y aceite, pero Henry descubrió que la presión del agua procedente del lago Touther, situado como se ha indicado anteriormente en lo alto de la montaña, podía ser utilizada para producir electricidad. El sistema para conseguir el suministro de electricidad fue instalado en cuatro meses, costó 2000 libras, y tuvo un coste neto de 10 libras anuales comparado con las 400 libras anuales para gas. El sistema instalado para suministro de electricidad estaba basado en un generador hidroeléctrico. La finca actualmente sigue siendo alimentada por un generador hidroeléctrico que aprovecha la energía limpia del lago.
Realizando un paréntesis en la explicación dedicada al castillo, se ha de tener presente el dato siguiente:
Los desarrollos tecnológicos que produjeron la primera revolución industrial no hicieron uso de la electricidad. La generación masiva de electricidad comenzó cuando, a fines del siglo XIX (1882), se extendió la iluminación eléctrica de las calles y las casas ( Fuente Wikipedia). Recordemos la fecha de 1879 y Thomas Edison con el experimento exitoso de obtención de luz eléctrica incandescente, y que el 4 de Septiembre de 1882, Edison encendió el primer sistema de distribución de energía eléctrica en el mundo, este proporcionaba 110 voltios de corriente directa (DC) a cincuenta y nueve clientes, y así fue como la primera estación comercial de energía comenzó a funcionar. La estación se localizaba en la calle Pearl, en la parte baja de Manhattan. Esta proporcionaba luz y electricidad a una milla a la redonda.

Junto con el castillo se construyó un jardín Victoriano amurallado, en el cual existieron unos invernaderos, realizados con estructura metálica y cerramiento de vidrio. Los invernaderos se calientan a través de un sistema de tubos subterráneos, los cuales reciben el agua caliente de tres calderas y hornos que aguantan una gran presión.
En este jardín amurallado existen varias áreas diferenciadas:
El cerco de arbustos
El jardín de flores
Horno de cal y los invernaderos





En total hubo 21 invernaderos calentados por una red de tuberías de agua como la que se muestra en la fotografía superior.
Jardín de la cocina
No se puede cerrar este artículo sin hacer referencia, a la situación en que se encontraba esta región donde se ubica el castillo, en la que había tenido lugar la desastrosa Gran Hambrura Irlandesa comprendida entre 1846 y 1849, donde se perdió un tercio de la población de Connemara, debido al hambre, la fiebre y la emigración. Henry creó trabajo para la zona, en el que los trabajadores ganaban en dos meses el sueldo equivalente a un año, proporcionó de ventanas a las viviendas de los trabajadores y habitantes del lugar (ya que las viviendas hasta entonces no poseían), y mejoró otras condiciones de vida del lugar con la construcción de una bomba de agua para el pueblo de Letterfrack, y una oficina de correos y de telégrafos.
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